Lagos cuenta con algunas de las playas más hermosas de Algarve, donde podrás acomodar tu toalla en la arena suave o dirigirte a las cristalinas aguas para divertirte practicando snorkel y otros deportes acuáticos. La ciudad atrae a los turistas por su animada vida nocturna, sus excelentes restaurantes y la creciente cantidad de viñedos. Aunque los placeres hedonistas son la atracción principal de Lagos, la ciudad tiene una extensa y rica historia que se revela en sus calles adoquinadas y pintorescas plazas.
Lagos, una antigua ciudad portuaria durante cientos de años, fue la capital de Algarve desde 1576. Después de un terremoto que devastó la ciudad en 1755, la capital fue trasladada y Lagos ingresó en un período de declive económico. Aunque la ciudad sigue funcionando como puerto pesquero y mercado, se vio revitalizada por el turismo en la década de los 60.
Observa pinturas del artista nativo de Faro, Carlos Filipe Porfírio, en el Museo Municipal. El museo, que está ubicado en un antiguo convento del siglo XVI, también cuenta con una obra del Muro de Berlín, un bello mosaico del siglo III y otros objetos variados.
Echa un vistazo a los impresionantes detalles tallados cubiertos en oro que decoran la Iglesia de Santo Antonio. La construcción de la iglesia comenzó en el siglo XVII y su extravagante interior está cubierto de azulejos tradicionales, oro brasileño importado y delicados querubines tallados.
Date un chapuzón en las resplandecientes aguas de la Playa de Dona Ana. Practica snorkel en las cálidas aguas u organiza un recorrido en barco para admirar las curiosas cuevas ubicadas en los acantilados de los alrededores.
Asegúrate de visitar los acantilados de Ponta da Piedade, donde las escarpadas formaciones de arenisca se elevan de manera imponente desde el mar. La mejor época para visitar la cima del acantilado es durante la primavera, cuando las orquídeas salvajes florecen y las garcetas se reúnen para anidar.
Visita el Castelo dos Governadores, parte de un complejo de palacios del siglo XIII construido por los árabes. Mientras observas la ventana manuelina del muro, imagina al Rey Dom Sebastiao dirigiendo a sus tropas en este preciso lugar en 1578 antes de dar inicio a su fatídica cruzada.
Lagos está ubicada al suroeste de Portugal. Hay conexiones frecuentes en tren y camión todos los días desde Lisboa.